Con un PSOE en acelerada caída a nivel nacional, las sospechas de fraude en censos electorales se han multiplicado en municipios repartidos por toda España.

Según los informes oficiales del INE, las sospechas de manipulación en censos electorales han crecido un 43% en comparación con los comicios de 2019.
En provincias donde la izquierda necesitaría solo unos pocos votos para obtener o perder gobiernos, se han detectado indicios de manipulación en 183 padrones de electores.
Burgos es uno de los casos más destacados, con un aumento de los indicios de padrones manipulados de 52 a 65 en los últimos cuatro años.
Las diputaciones provinciales tienen un poder significativo en la distribución de fondos a los municipios, lo que hace que el control de estas instituciones sea relevante.
León también enfrenta sospechas de fraude en censos electorales, con un aumento de indicios de manipulación de 32 a 35 en comparación con las elecciones de 2019.
El empadronamiento ilegal de afines antes de las elecciones es una táctica común para inflar artificialmente un censo y beneficiar a un candidato específico.
Los casos de manipulación de censos suelen ocurrir en localidades pequeñas, donde unos pocos votantes fraudulentos pueden alterar el resultado electoral.
La manipulación de los censos electorales también puede involucrar el traslado de empadronados entre municipios de diferentes partidos judiciales dentro de una misma provincia.
Redistribuir el censo entre partidos judiciales puede ser clave para manipular los resultados, sin necesidad de aumentar el censo total de la provincia.
Al trasladar afines a municipios donde se puede obtener un escaño adicional, una formación política puede alterar el equilibrio de poder en la diputación provincial.
En las elecciones municipales de 2019, se detectaron indicios de manipulación en los padrones de 128 municipios de 17 provincias, según el INE.
Para las elecciones locales de este domingo, las sospechas de manipulación se extienden a los censos de 183 localidades de 22 provincias, un aumento del 43% en comparación con 2019.
Las provincias de Guadalajara, León y Burgos concentran 117 de los censos sospechosos, lo que puede tener un impacto decisivo en la distribución del poder político.
Un puñado de votos en estas provincias puede inclinar el poder hacia la izquierda o la derecha, determinando quién gobernará y presidirá la diputación provincial.